miércoles, 15 de enero de 2014

Café, Frijol, Maíz y Fusil.

Nunca pensé que a la doña tan linda esa llamada Libertad, me la iba a encontrar desayunando en una casita de por ahí, de por aquí en Chiapas.
Nunca pensé tampoco que me iba a encontrar a la otra doñita, esa bien linda, la Revolución, pero la de verdad, compartiendo unas tortillitas en una casita de por aquí de por ahí en Chiapas.
Y es que cuando uno piensa en otro mundo posible, no sé si se alcanza a ver que doña Libertad, doña Revolución, doña Autonomía van a estar sentadas con uno, con una tomando el cafecito, compartiendo los frijolitos que su tierra nos da.
La Insurgencia, la Resistencia, la Libertad que parecieran ser doñas tan lejanas, por estas toerras andan felices jugando a la pelota con los niños, andan a sus anchas cocinando con las compás que tienen el brillito autónomo en sus ojos.
Lo más bonito de todo esto es que todas estas doñas están vivitas y coleando en las casitas zapatistas que nos acogieron con sus abrazos, lo otro más bonito es que su bondad es tan grande, que junto con los frijolitos, el café y las tortillas, nos regalaron un pedacito de estas grandes doñas que tanto necesitamos por nuestras tierras.
Sí, La Revolución se hace con armas, pero también lo vi acá que se hace todos los días, con un profundo amor, con la profunda honestidad de sus sonrisas, de sus apretones de mano y de sus abrazos.
Compas lindas, compas lindos:
Me voy con el corazón más grande, latiendo más fuerte, más a la izquierda y tengan claro que cada vez que lance una piedra contra un mal gobierno, cada vez que abrace, cada vez que comparta mi cafecito o mi trigo, las y los zapatistas estarán conmigo.
Mi corazón es su casa.
Zapata vive, la lucha sigue.

Desde el sureste mexicano y desde el fondo de mi corazón y hasta la victoria…
El compa cristian.

(Texto leido en la finalización de la Escuelita zapatista "La autonomía según las y los zapatistas" se pueden descargar los textos acá: )

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